Mujeres pakistaníes de Barcelona se sienten atacadas por haber bailado en un acto público
MARINA MESEGUER
"Me gusta vivir en Barcelona porque aquí tengo libertad, pero a veces me dan ganas de dejarlo todo, estoy cansada". Huma Jamshed observa con tristeza un vídeo de Youtube, la razón de su cansacio. El pasado 22 de octubre alguien la grabó a ella y a sus amigas de la asociación ACESOP (Associació Cultural Educativa Social i Operativa de Dones Pakistaneses) mientras bailaban en el Port Olímpic en un acto organizado por el Ayuntamiento de Barcelona. Desde entonces, según ella, se cuestiona su reputación desde influyentes círculos de la comunidad pakistaní de Barcelona.
"En Pakistán las niñas bailan la danza del pavo y pensé que sería bonito enseñar nuestro baile a la gente de aquí", cuenta Huma. El baile del que habla es una particular coreografía en la que las mujeres bailan en parejas agarrando largos pañuelos de colores que finalmente enrollan en torno a una bailarina y que, al estirarlos, simulan la cola extendida de un pavo real. "Antes del baile -cuenta Huma- le pedí al fotógrafo de un periódico pakistaní que no nos hiciera fotos, para evitar problemas, pero no sabíamos que alguien, desde lejos, nos grababa con su móvil".
El vídeo, en el que se observa cómo las mujeres se mueven al ritmo de la música, acabó colgado en Youtube, en el canal de un periódico pakistaní local, el Daily Dost. "No sólo lo colgaron en internet, sino que mandaron el enlace a todos sus contactos", se queja la presidenta de ACESOP. Además, según Huma, dicho periódico puso en duda la honorabilidad de las mujeres que participaron en la danza y acusó a la asociación de recibir subvenciones del Gobierno por bailar.
Huma está encendida: "He recibido llamadas de todo tipo. Algunos me apoyan, pero otros me preguntan ¿por qué lo hiciste?". "Ellos quieren que yo me calle, pero no lo van a conseguir". Y es que esta mujer lleva años enfrentándose al machismo que impera en gran parte de la sociedad pakistaní de Barcelona.
Pero, ¿Quién son “ellos”? La presidenta de ACESOP afirma que detrás de estas acusaciones están Abdul Hafiz Razzaq, hombre relacionado con la cúpula de la mezquita Camí de la Pau y militante -como ella- del PSC, y el fotógrafo del Daily Dost Qamar Ehssan. "No puedo entender como alguien de mi propio partido me hace algo así", lamenta. En conversación con LaVanguardia.com, el señor Razzaq se desvinculó de la grabación y negó tener nada en contra de su compañera en el colectivo socialista Nou Bressol. Por otro lado, el señor Ehssan se negó a hacer comentarios.
“Que Huma baile no sorprende a nadie, no es la primera vez que lo hace”, afirma el vicepresidente de la mezquita pakistaní Camí de la Pau, Mohamed Iqbal. “Ella sabrá lo que hace”, insiste. Iqbal acusa a la presidenta de ACESOP de hacerse la “mártir” y niega que existan “radicales” entre la comunidad.
Lo cierto es que lo que dice el texto escrito en urdú es tan aséptico que cuesta encontrar la doble intención: “El día de los Emigrantes la asociación ACESOP, organización financiada por el Gobierno, representó un baile”. Parece inocuo, pero la alusión a la financiación junto al vídeo publicado hace pensar en intereses más maliciosos de lo que en un principio parecería. Llama la atención que un canal de vídeos de Youtube en el que mayoritariamente hay grabaciones de cierta calidad, alguien decidiera colgar una grabación, hecha con un móvil y captada desde lejos, de unas mujeres bailando. ¿Por qué colgaron ese vídeo? ¿Y porqué ese interés en que lo vieran cuantos más pakistaníes mejor? Al no haber podido hablar con el señor Ehsan, sólo cabe especular.
“No me van a detener; he decidido que en la próxima fiesta no sólo vamos a representar un baile ¡Vamos a representar tres! Y además, voy a invitar a las mujeres de la mezquita y de otras asociaciones. Como mujeres deben solidarizarse con nosotras”, dispara la presidenta de ACESOP.
Huma tiene un ferviente defensor, su marido, Jamshed Iqbal: "Yo apoyo a mi mujer en todo lo que hace. Creo que es muy importante para las mujeres pakistaníes y, además, me gusta que promuevan nuestra cultura aquí". Jamshed ha escrito una carta al periódico defendiendo la actuación de su mujer y exigiendo que retiren las difamaciones que, según ellos, se han dicho sobre ella y las demás mujeres. De momento no ha obtenido respuesta.
Cuestionar la honorabilidad de una mujer es muy importante en la comunidad pakistaní. Una mujer sin honra no merece ningún respeto; es apartada y marginada por el grupo. Es por eso que Huma Jamshed se preocupa tanto por las presuntas acusaciones vertidas contra ella y su colectivo. Si ACESOP llegara a perder el respeto de los pakistaníes, cientos de mujeres residentes en Barcelona se quedarían sin uno de los pocos espacios donde pueden reunirse con sus amigas, conocer la cultura catalana y el entorno en el que viven o, más importante todavía, pedir socorro ante un marido maltratador. Antes de este incidente, ya era habitual que muchos padres o maridos no permitan a sus mujeres participar en las actividades de la asociación: “Cuando conozco a pakistaníes en el hospital siempre les animo a llevar a sus mujeres a la asociación -explica Fariza Habib, miembro de ACESOP y mediadora intercultural en el Hospital del Mar-, pero cuando les explico que se trata de ACESOP les cambia el gesto y solo unos pocos acaban trayéndolas”. Sin duda, este conflicto no ayudará en nada al eslabón más débil del colectivo pakistaní, sus invisibles mujeres.
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