Los pakistaníes de Barcelona
Editorial de La Vanguardía del 1/04/2011.
En lo que va de siglo XXI el porcentaje de población extranjera en Barcelona ha pasado del 3,5% (53.428 personas) al 17,3% (278.320). El dato habla por sí solo acerca del cambiante rostro de la ciudadanía barcelonesa. Cierto es que en los dos últimos años ese porcentaje ha caído ligeramente: el máximo se registró en 2009, con un 18,1% (294.918). Pero este descenso hay que atribuirlo quizás a razones coyunturales. La crisis ha propiciado el regreso a sus países natales de muchos inmigrantes empleados en los sectores de la construcción o los servicios, ahora en horas bajas.
El perfil medio del inmigrante empadronado en Barcelona es el de un varón de 32 años residente en Ciutat Vella. Obviamente, los hay de otras edades. Pero los hombres (52,5%) predominan sobre las mujeres (47,5%) y Ciutat Vella es el distrito con mayor proporción de población foránea (40,5%). Dicho esto, uno de los datos más interesantes que se desprende del estudio del padrón municipal, con fecha de 1 de enero de 2011, es que los pakistaníes son ya la comunidad extranjera más numerosa en Barcelona, superando a los italianos y a los ecuatorianos, que hasta 2010 les precedían. En Barcelona hay censados ahora 22.342 pakistaníes, 4.139 más que el año pasado. Entretanto, los italianos y los ecuatorianos han visto menguar sus contingentes (perdiendo los primeros 994 connacionales, y quedándose en 22.002, y 2.493 los segundos, quedándose en 17.966). En cuarta posición se sitúan ahora los inmigrantes chinos, con 15.001 personas, tras sumar 603 compatriotas. El resto de grupos nacionales que aparecen a continuación en la lista barcelonesa han perdido población: el boliviano, el peruano, el marroquí, el colombiano, el francés, el argentino...
La comunidad pakistaní y la china presentan características diversas. Sin embargo, coinciden en dos pautas de conducta: el establecimiento de redes comerciales propias y cierta resistencia a integrarse en la sociedad catalana; al menos, más resistencia que otros colectivos nacionales, como podrían ser los procedentes de Latinoamérica. Su condición de emprendedores es sin duda loable. Su propensión a vivir aquí con la ilusión de seguir en su mundo de origen es preocupante. Quizás la tendencia, apreciada recientemente, de los pakistaníes barceloneses (el 83% son hombres) a iniciar procesos de reagrupamiento familiar atenúe, a medio y largo plazo, una vez sus hijos estén escolarizados aquí, esta separación. Pero, entre tanto, sería bueno, tanto para los autóctonos como para los inmigrantes, que se lograra una mayor permeabilidad social.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada